Vuelves a protestar
con que te acaricio mal,
que prefieres el sofá,
estoy solo siempre al despertarme.
Construyes tu ataúd
con vistas al Polo Sur,
parece que no eres tú,
seré el último en enterarme.
Y es bueno saber
que existen otros planetas
donde no siempre soy yo
el culpable.
Tus pecas cambian de lugar
si me vuelves a engañar,
convenciste al tribunal
de que era amor de conveniencia.
Alguien viste tu piel,
tu ropa le sienta bien,
aunque finja serme fiel
encontraré las siete diferencias.
Y es bueno saber
que existen otros planetas
donde no siempre soy yo
tu segunda opción
y cuando mancho el colchón
no te causo mala impresión,
donde no siempre eres tú
la que entra en erupción
si confundo tu ropa interior,
donde puedes ser feliz
sin que tenga que asistir
a otro curso de faquir
y podernos reencarnar
en la pareja ideal
y no tener que descubrir...
Que sigo enamorado
sin saber que ella es actriz,
el papel es malo
aunque se ajusta a su perfil.
Esconde mi cadáver
enterrado en el jardín,
cava un tunel que llegue hasta mí.
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