Como nací en la calle de la Paloma
ese nombre me dieron de niña en broma.
Y como vuelo alegre de calle en calle
el nombre de Paloma siguen hoy dándome.
Aunque no tengo el cuello tornasolado
siempre está mi cabello limpio y rizado.
Y aunque mi pobre cuerpo no tiene pluma
siempre está fresco y blanco como la espuma.
En lo limpita paloma soy,
y salto y brinco por donde voy.
Y a mi nombre de Paloma siempre fiel,
ni tengo garras ni tengo hiel.
En lo limpita paloma es,
y salta y brinca con gran placer.
Y a su nombre de Paloma siempre fiel,
ni tiene garras ni tiene hiel.
Como está mi ventana cerca del cielo
y por él las palomas tienden el vuelo,
cuando veo en mis vidrios que el alba asoma
tender quisiera el vuelo cual las palomas.
Pero al ver que las venden en el mercado
y que las pobres mueren en estofado,
digo mitad en serio, mitad en broma:
“Hay sus inconvenientes en ser paloma”.
En lo que arrullo paloma soy,
que siempre canto por donde voy,
y a mi nombre de Paloma siempre fiel
busco un palomo, busco un palomo... ¿Quién será él?
En lo que arrulla Paloma es,
y siempre canta con gran placer.
Y a su nombre de Paloma siempre fiel
busca un palomo, busca un palomo... ¡Dichoso él!